Reseña de Historia de un suicida, de José Antonio Sau

Osvaldo Reyes

 

Sinopsis:

Bonifacio Miró decide, una mañana de noviembre, que es un buen momento para morir. Sin pensárselo mucho, se sube a la barandilla de su balcón, en un quinto piso, y empieza a repasar su vida. A sus pies, en la calle, convergerán su mujer, su vecino, su amante, su hija y el novio, su cuñado y socio, su mejor amigo, su hermana y un incómodo periodista que no deja de hacer preguntas. Todos esperan una feliz y rápida resolución de este trágico episodio. Aunque lo de feliz, claro, tiene un significado distinto para cada uno de ellos.

 


José Antonio Sau (Málaga, 1980) es redactor de Política Municipal del periódico La Opinión de Málaga (diario de Prensa Ibérica-Grupo Zeta). Ha pasado por La Tribuna de Marbella, Diario Málaga-Costa del Sol y la revista Vida Económica, además de colaborar con medios especializados en Semana Santa o con Interviú. Por su trayectoria profesional ha sido galardonado con los premios Ciudad de Málaga de Periodismo (2014), el I Premio de Difusión de la Mediación Judicial en Andalucía (2015), el accésit del Premio Ateneo-Universidad de Málaga (2019) y el Premio Ateneo-Universidad de Málaga (2020). Como escritor, ha publicado Cuentos de la cara oscura (Ediciones del Genal, 2015), La chica de los ojos manga (La Isla de Siltolá, 2016), que fue finalista del XIII Premio Setenil al mejor libro de relatos de España, la novela Lola Oporto (Ediciones del Genal, 2018), finalista del I Premio Icue Negro, otorgado por el festival de literatura policiaca Cartagena Negra a la mejor ópera prima de 2019, la micronovela La hora de Bud Spencer (Ediciones del Genal, 2019) y la novela corta Historia de un suicida (La Isla de Siltolá, 2021), motivo de la presente reseña.

 

 

Reseña de Historia de un suicida, de José Antonio Sau

Osvaldo Reyes


Según David Memet, guionista, autor y director norteamericano, para escribir un drama no hay más que fijarse en el mundo que nos rodea. La vida es un drama capaz de sobrepasar nuestras mayores expectativas y José Antonio Sau nos demuestra de una manera magistral, con una prosa pulida que nos hace vivir cada segundo de lectura, lo cierto de esta premisa.

En mi opinión un buen libro debe incluir una trama atrayente y personajes interesantes, con los cuales uno se pueda identificar u odiar. Si tiene estos elementos, el potencial está allí, pero no es suficiente. La trama debe ser llevada por la pluma del escritor de una manera consistente, obligándonos a mantener la atención en sus páginas. A no querer soltar el libro hasta llegar al final, so pena de seguir pensando en su historia cuando osamos dejarlo para hacer cosas más banales, como comer o dormir. José Antonio Sau, en este sentido, lo consigue desde la primera línea, una de las mejores señales que el autor cree en esta realidad y que está dispuesto a esforzarse para darnos lo que exigimos como lectores. Esa primera línea, pensada como un anzuelo que tragaremos sin pensarlo de ser suficientemente atractivo, es crucial y la de “Historia de un suicida” es contundente.

Bonifacio Miró va a morir en apenas unas horas. Así debe ser, piensa.

La explicación que nos llega a continuación, los motivos que llevan a este sencillo, bonachón y típico espécimen de la raza humana, dueño de una firma de asesoría fiscal, a contemplar la muerte como la única forma de resolver todos sus problemas y, a la vez, responder la pregunta de si hay una sola persona que lo ame en realidad, son solo elementos de un drama negro que se va desarrollando con cada línea. Por momentos empatizaremos con Bonifacio, en otras querremos subir a esa barandilla, tomarlo por los hombros y sacudirlo para que recapacite, proyectando nuestra propia realidad y problemas en los de un personaje ficticio y en eso radica la habilidad del escritor. En hacernos creer que los protagonistas que deambulan en forma de letras por delante de nuestros ojos son más que modelos en una pasarela. Son entes vivientes, con sentimientos, que seguirán vivos en nuestros recuerdos después de llegar a la última página.

El suicidio es un tema abordado en decenas de libros, ya que su huella en la vida de los afectados permite desarrollar escenas impactantes, pero José Antonio Sau prefirió abordar su libro de una manera diferente. Cada capítulo es presentado desde el punto de vista de las personas que están en la calle. De los hombres o mujeres que, de una u otra forma, lo han empujado a tomar esa decisión o podrían llevarlo a recapacitar, a escuchar los consejos de los policías y bomberos en la escena, que le sugieren regresar a la seguridad de su apartamento. A no quitarse la vida esa mañana, lanzándose al vacío desde una altura de cinco pisos.

En este carnaval tendremos a una esposa que ha ido perdiendo el amor por quien fuera su compañero; a una hija que dejó de ser la niña de los ojos de su padre para convertirse en un dolor de cabeza; del socio y cuñado del suicida en potencia, quien tiene sus propios problemas y como un virus ha infectado a las personas que lo rodean, siendo Bonifacio una víctima colateral; de su mejor amigo, cuyos oscuros secretos permean sus pensamientos y le impiden ver la vida de otra forma que por medio del lente de la suspicacia y el terror; de su amante, una vecina del edificio que le diseñó un oasis de paz en medio de una tormenta sentimental, pero que a la vez le recuerda sus propias falencias e incertidumbres; una hermana que guarda resentimientos anclados en su infancia y que no tendrá miramientos en traicionar a su sangre, con tal de lograr sus propósitos. Todos ellos elevarán la mirada a los cielos. Clavarán sus pupilas en la figura sentada en el borde del vacío y pensarán, envueltos en los recuerdos, deseos y sueños inconclusos, en Bonifacio Miró. Cada uno de ellos rogándole que se tire o se salve. No por él, sino por ellos mismos. Sus ruegos colocados en una balanza donde sus propias vidas pesan más que las del hombre que, hasta ese momento, no consideraron más allá que la de un ente pasajero que formó parte de sus vidas para satisfacer una necesidad.

Y entre todos ellos, una mosca. Un periodista cuyos intereses van alineados con las de muchos de los presentes, sin saber que comparten el mismo anhelo. Sus preguntas, en busca de una primicia, en tratar de comprender que llevó a Bonifacio Miró a tomar esa decisión, fungirán como latigazos sobre la familia y allegados. Recordándoles que hay una historia detrás de ese hombre que, según la decisión que tomé, podría ser noticia a nivel nacional.

Bonifacio Miró no es diferente a su vecino o a la imagen que vemos cuando nos paramos delante de un espejo. Es un ser humano con defectos, que, en su propósito de ser una buena persona, empleador, esposo, padre y amigo, cometió errores propios e inducidos. Que puso su propia felicidad por debajo de las de los demás y cuando pensó en él, la culpa le impidió ver que, algunas veces, la salvación está a nuestro alcance, siempre que tengamos el valor de priorizar y ver el mundo como lo que es y que Sartre plasmó mejor que nadie en la lapidaria frase “El Infierno es otras personas”.

En resumen, un libro corto, fácil de leer, no por lo sencillo del tema, sino por la habilidad del autor, curtido en el campo de batalla de los medios de prensa. Juzgarán a cada uno de los personajes según su propio prisma y acompañarán a Bonifacio Miró a tomar la decisión final. Llegarán a esas últimas líneas con las expectativas a flor de piel, deseando que tome el camino correcto.

Y, como yo, cerrarán el libro con la satisfacción que solo leer una buena historia nos puede brindar. 

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Osvaldo Reyes (Panamá, 1971)
estudió medicina en la Universidad de Panamá y luego se especializó en Ginecología y Obstetricia en la Maternidad María Cantera de Remón. Actualmente labora como médico especialista en la Maternidad del Hospital Santo Tomás, donde también ejerce funciones como Coordinador de Investigaciones. Es profesor de la Cátedra de Obstetricia de la Universidad de Panamá y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
 

Ferviente lector y escritor del género negro, con ocho libros (El Efecto Maquiavelo, En los umbrales del Hades, Pena de muerte, La estaca en la cruz, Sacrificio, El canto de las gaviotas, El cactus de madera y Asesinato en Portobelo) y dos colecciones de cuentos (13 gotas de sangre y 13 candidatos para un homicidio) publicados a la fecha. Sus relatos forman partes de diferentes antologías (Escrito en el agua, Pólvora y sangre, Círculo de Lovecraft # 9) y es ganador del Primer Premio de Narrativa Corta (2017) del Panama Horror Film Fest. Osvaldo Reyes coordina la jornada dedicada al género negro en Latinoamérica de la Semana Negra en la Glorieta.