Entrevista con PACO GÓMEZ ESCRIBANO por Osvaldo Reyes
Paco Gómez Escribano. Biografía:

Biografía: Francisco Gómez Escribano, mejor conocido como Paco Gómez Escribano, es Ingeniero técnico industrial de Electrónica, profesión que combina con la enseñanza y la escritura de literatura negra. Debutó como novelista en 2011 con El círculo alquímico, y desde entonces ha publicado nueve novelas, lo que lo ha llevado a participar en festivales de novela negra por toda España, como el Valencia Negra, La Semana Negra de Gijón y el Black Mountain Bossòst. Además de escritor es poeta (sus últimos poemarios son Versografía Maldita y La vereda de la derrota) y músico. Toca la batería, la guitarra y, por si fuera poco, es vocalista y hace los coros en el grupo Javi el del cúter y los divorciaos.

Entrevista-Paco-Gómez-Escribano

1. Tu primera novela “El círculo alquímico” gira alrededor del descubrimiento de un fresco del siglo XVI en las obras de restauración de la capilla de San Ildefonso de la catedral de Toledo. Una novela muy diferente a las que la siguieron, que se desarrollan en Canillejas, un barrio de la ciudad de Madrid. ¿Por qué el cambio de ritmo y de escenarios?

Aunque yo ya empezaba a ser un lector empedernido de novela negra por aquel entonces, me daba mucho reparo escribir novela negra. Porque, por mucho que se sigan empeñando zoquetes (algunos ilustres) de todas latitudes y condiciones, escribir novela negra requiere un buen puñado de destrezas narrativas, así como el dominio de recursos literarios que no te exige el thriller o novelas de cualquier otro género. No obstante, al final me lancé, porque creo que cada uno debe escribir lo que quiere, escribir de lo que le apasiona. Y a mí me apasiona el género negro. El resto de la literatura no deja de ser un mero entretenimiento para mí, y cada vez menos.

2. Algunos han catalogado tus obras más recientes como “novelas negras de barrio”. ¿Qué es para ti un barrio? ¿Cuál es tu experiencia personal en ellos?

Un barrio es una unidad geográfica, social y metafórica que tiene entidad propia dentro de una ciudad más grande que contiene además otros barrios más o menos parecidos entre sí. Yo he nacido, he vivido y vivo en mi barrio. Así que mi experiencia vital emana directamente de mi condición de habitante del barrio. Y mis novelas transcurren en el barrio. Ahora bien, los valores y sentimientos de mis personajes son internacionales. Soledad, tristeza, desesperanza, ansiedad, etc., son parámetros universales. Todos los personajes de todas las novelas se mueven en un ámbito geográfico, ya sea real o ficticio. En este sentido no creo que aporte nada nuevo.

3. ¿Cómo influyó este barrio en tus deseos de querer ser escritor? ¿Son una buena fuente de inspiración?


Sí, claro. Creo que todo el mundo que se plantea hacer novela negra se ha preguntado al principio lo siguiente: ¿sobre qué escribo? Yo también lo hice. Mis preferencias en novela negra siempre han sido en favor de la crook story. Si a esto añadimos mi otra gran pasión, el realismo sucio, pensé que los dos géneros casaban perfectamente con lo que yo había vivido en el barrio. Así que después de bastante tiempo intentado inventar un policía o un detective me decanté por lo que hago. Lo tenía delante de mi vista.

4. ¿Crees que haya muchas diferencias entre barrios como Canillejas, por ejemplo, y otros espacios similares en otras partes del orbe? ¿En qué piensas que podrían diferenciarse?

No, siempre es lo mismo. Mis novelas podrían transcurrir en Carabanchel, Vallecas o Villaverde. Tienen en común que son barrios que se han formado a raíz de varias oleadas de inmigración, mucho paro, delincuencia, droga y pobreza. Creo que mis novelas podrían transcurrir en un barrio periférico no solo de Madrid, sino de cualquier ciudad de España o incluso de Nueva York o Nueva Delhi. Como dije antes, hay cosas que son universales. Las diferencias son mínimas y tienen que ver con localismos, jergas y algunos otros factores, pero las diferencias son pequeñas.

Manu López Marañón5. El género negro hard-boiled está lleno de callejones y tugurios, no así el género de enigma clásico. ¿Te gustan las novelas de detectives o prefieres la crudeza de Sam Spade o Philip Marlowe?

Obviamente me quedo no solo con la crudeza de Spade o Marlowe, sino con la de César Bandello, Jim Cassidy, Lou Ford, Parker o Ataúd Johnson y Sepulturero Jones. No me interesan nada los misterios y enigmas de Doyle o Christie ni en general las investigaciones policiales minuciosas.

6. A la hora de escribir, ¿cómo decides las tramas? ¿Esperas a la inspiración o la persigues de manera activa?

Bueno, cuando termino de escribir una novela, tarde o temprano se me va ocurriendo otra historia. La voy madurando en mi cabeza un tiempo indeterminado, a veces más, a veces menos, y cuando la tengo madurada me pongo a escribir. Normalmente sé el principio y el final, y algunas cosas que se me ocurren para diversos capítulos. A partir de aquí mi misión es establecer un puente entre el planteamiento y el desenlace.

7. El proceso creativo, ¿a mano o en computadora? ¿Hay algún lugar destinado para escribir?

En ordenador, obviamente. Ya sé que queda muy romántico decir que escribes a bolígrafo o con pluma en libretas de Moleskine o similar, pero no. La comodidad que te ofrece un procesador de textos en búsquedas, correcciones y multitud de factores más no es comparable con la escritura a mano. Si a eso añades que hoy en día los ordenadores se han ido haciendo cada vez más portátiles y más independientes de la electricidad con la evolución de las baterías la diferencia se convierte en abismo.

8. ¿Alguna vez sufriste del bloqueo mental del escritor? ¿De la maldición de la hoja en blanco?

Pues la verdad es que no, pero eso es porque cuando me siento a escribir tengo las cosas bastante claras en la cabeza. A veces las cosas tardan más en salir, a veces menos, pero quedarme parado no. En alguna ocasión sí que he abandonado la escritura de alguna novela, pero más que síndrome de hoja en blanco lo que pasaba era que la historia no funcionaba y pasaba a otra cosa.

9. Leyendo tu biografía, sabemos que no solo eres escritor, sino músico y poeta. ¿Tus versos son creados como tales o te las imaginas como canciones?

En realidad, todo es lo mismo. Puedo escribir canciones, poemas, relatos o novelas, depende de la necesidad y el momento. Pero cada cosa tiene su técnica. Normalmente, cuando escribo un poema, lo hago pensando en escribir un poema, en el que no tengo que acoplar la letra a una secuencia musical. Una canción es otra cosa, tienes que rimar en algún momento, acoplar estribillos y darle una estructura. La poesía es más libre. Hay canciones que parecen relatos, pero el relato también lleva su técnica. Y la novela es una historia más larga, en la que debes cerrar tramas, cuadrar más cosas y, por tanto, se debe disponer de bastante tiempo para sentarte un rato todos los días. El poema, el relato o la canción son más inmediatos.

10. ¿Trabajas en silencio o con música de fondo? ¿Con cuál, si ese es el caso?

Escribo en silencio, necesito estar concentrado. Pero, por ejemplo, en mi última novela, «5 Jotas», al personaje del Banderines le gusta el Blues. Entre esto y que por el estilo quizás sea mi novela más americana (en cuanto a estilo, insisto), escribí toda la novela escuchando a los grandes maestros del Blues, pero por necesidad del guion, no es lo habitual.

11. Si tuvieras que dejar una de tus facetas (docente, escritor, músico), ¿cuál nunca podrías dejar y cuál soltarías sin pensarlo mucho?

Aquí caben dos tipos de respuesta:
La romántica, que es que yo me considero escritor y no lo puedo dejar y bla, bla, bla…
Y la realista. Soy de origen humilde y vivo del sueldo de dar clases, por tanto, no puedo dejar mi trabajo.
Las tres facetas me gustan, pero solo mi trabajo de profesor me da para vivir. Ahora bien, si ganara lo mismo por escribir o por tocar en el escenario, seguramente elegiría esto otro. Sobre todo, lo de escribir, que es más cómodo, porque los conciertos, si no eres U2 o Cold Play a los que les hacen todo, es muy pesado lo de trasladar los instrumentos y demás. La gente no lo sabe, pero de escribir y tocar viven cuatro privilegiados. Y no tiene nada que ver con la calidad.

12. Libro que te habría encantado escribir.

Muchos, pero si me obligas a decir uno te lo diré. Aunque también es verdad que cuando me pilles en otro momento te diré otro. Me habría gustado escribir «Réquiem por un sueño», de Hubert Selby Jr.

13. Ha sido un placer conversar contigo este día. ¿Algún consejo para los potenciales escritores que visiten esta sección de la Semana Negra en la Glorieta?

Sí, que si quieren ser escritores por divertirse o por desarrollar esa faceta adelante. Si lo que pretenden es vivir de ello, yo les recomiendo que lo dejen y busquen otra actividad más fácil si no quieren pasar hambre y necesidad.




Osvaldo Reyes (Panamá, 1971)
estudió medicina en la Universidad de Panamá y luego se especializó en Ginecología y Obstetricia en la Maternidad María Cantera de Remón. Actualmente labora como médico especialista en la Maternidad del Hospital Santo Tomás, donde también ejerce funciones como Coordinador de Investigaciones. Es profesor de la Cátedra de Obstetricia de la Universidad de Panamá y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
 

Ferviente lector y escritor del género negro, con ocho libros (El Efecto Maquiavelo, En los umbrales del Hades, Pena de muerte, La estaca en la cruz, Sacrificio, El canto de las gaviotas, El cactus de madera y Asesinato en Portobelo) y dos colecciones de cuentos (13 gotas de sangre y 13 candidatos para un homicidio) publicados a la fecha. Sus relatos forman partes de diferentes antologías (Escrito en el agua, Pólvora y sangre, Círculo de Lovecraft # 9) y es ganador del Primer Premio de Narrativa Corta (2017) del Panama Horror Film Fest. Osvaldo Reyes coordina la jornada dedicada al género negro en Latinoamérica de la Semana Negra en la Glorieta.