«13» de Steve Cavanagh y el falso culpable en la novela negra. Susana Gómez

El falso culpable
Susana Gómez
 
El falso culpable, un personaje casi siempre olvidado

Como amantes de la novela policíaca y/o negra, seguro que estaréis acostumbrados a encontraros con un montón de personajes estereotipados que se mueven por sus líneas, más por rutina que por condición indispensable del género.

De esta forma, es fácil encontrarnos con la recurrente femme fatal, el policía problemático de pasado turbio y con el responsable de llevar a cabo la investigación...

Pero hay uno del que siempre nos olvidamos, quizás porque sus cualidades le hacen aparecer como alguien secundario, aunque realmente su función literaria sea vital para el desarrollo de la obra, creando, uniendo e impulsando la trama, e incluso siendo el responsable de agitar y remover nuestra conciencia.

Os estoy hablando de un personaje presente desde las primeras escenas y que en este artículo adquiere el total protagonismo:

El falso culpable


Hace unos meses leía que el crimen perfecto es aquel que se resuelve con un culpable equivocado, seguramente estaréis pensando que ese razonamiento es acertado.

Cuando hablamos de falsos culpables, tenemos dos elementos fijos en la ecuación:
 

El primero es alguien que intenta descubrir la verdad, bien sea el detective, abogado, o el mismísimo inocente al que le acusan de un delito que no ha cometido.
 

El segundo, el personaje antagonista, muchas veces el verdadero culpable, que intenta cubrir su rastro y escaparse...

Esas historias, por lo general, se convierten en una especie de caza del ratón, y el animalito en cuestión, puede ser tanto un personaje como el otro...


Cuando los personajes se empeñan en saltar del guion al cine...

A mí, por lo general, siempre que se habla de falso culpable, mi cabeza vuela hasta una imagen de película, la del reputado cirujano Richard Kimble, que ve su vida desmoronarse cuando su esposa es hallada muerta. Como habréis adivinado, estoy hablando de la película, "El fugitivo".

Si este comentario fuese para una sección cinematográfica, no podríamos tampoco olvidarnos de mencionar en este apartado a Margot, protagonista de "Crimen perfecto" (1952), obra de teatro de Frederick Knott, que fue llevada al cine por Hitchcock en 1954, donde también vemos como Margot pasa de ser víctima a sospechosa de asesinato.

Pero esto como digo, son solo cosas de películas y aquí estamos para hablar sobre novelas, aunque algunos personajes como Margot, se empeñen en saltar de las páginas de un libro a la pantalla grande; y es que la literatura y el cine, basta con ver solo este par de ejemplos, son dos artes que están estrechamente ligados y de los que se nutren constantemente tanto escritores como cineastas.


El falso culpable, como ya habéis visto, es un excelente comodín; una figura rica en matices, a la que se recurre con frecuencia en la literatura, aunque muchas veces le prestemos poca atención.

Ahora bien, si desplazamos nuestra mirada lentamente a lo largo del amplio y rico género criminal, veremos que aparece plagado de historias, cuyos argumentos giran alrededor de estos grandes protagonistas.

Agatha Christie utilizó este recurso en todas sus obras, sin excepción; en ellas nos iba señalando de forma secuencial, posibles culpables y sus motivos, hasta llegar a un final totalmente imprevisible que desvelaba al verdadero culpable. Si nos remontamos un poco más atrás en el tiempo, veremos que Gastón Leroux, también utiliza ese recurso en su novela "El misterio del cuarto amarillo", incriminando a varios personajes antes de llegar a la solución final.

¿Qué sacamos en claro con todo esto? Pues que existen tantos falsos acusados como novelas policíacas o negras, porque en algún momento de esas historias, nuestra mirada, o la del personaje encargado de descubrir la verdad, se dirigirá erróneamente hacia un inocente, y es que esa figura inculpada falsamente aparece como parte de un guion trazado a conciencia por el autor.

Es un elemento utilizado para desviar nuestra atención de la verdadera realidad, como en "La escalera de caracol" (1933) de Ethel Lina White, que introduce en la trama a un buen montón de personajes de comportamiento extraño, para que les observemos en detenimiento mientras nos distraen, y así permitir al verdadero culpable que campe a sus anchas, dándole total libertad de movimientos.

Resumiendo, el falso culpable es una argucia literaria que nos entretiene en espera de un giro final que restablezca el orden... y ahora sí, paso a hablaros de un libro, de publicación reciente, que cuenta con ese personaje en cuestión.
Reseña de «13» de Steve Cavanagh
Susana Gómez
 
Sinopsis:

«Hasta donde sabe, ¿hay algún impedimento para que usted forme parte de este jurado?»

El asesinato no fue la parte más complicada. Fue tan solo el inicio del juego.
 
Joshua Kane se ha estado preparando toda su vida para este momento. Él ya lo había hecho anteriormente. Pero esta vez será la más importante.

Este es el juicio por asesinato del siglo. Y Kane ha asesinado para obtener el mejor asiento en la sala. Pero hay alguien a su acecho. Alguien que sospecha que el asesino no es el acusado.

Kane sabe que el tiempo se agota y lo único que quiere es el veredicto de la condena antes de ser descubierto.
Reseña:

Steve Cavanagh  nos ofrece una obra compleja donde confluyen varios géneros.
Más que una novela negra, pura y dura, que entre nosotros... cada vez son más difíciles de encontrar, nos hallamos ante una historia que camina entre géneros.
Un cincuenta por ciento es thriller legal, al estilo de John Grisham, y el otro cincuenta de novela negra.

Muchos os preguntaréis cómo puede haber tal equilibrio de géneros, pues simplemente, porque los dos personajes principales son los representantes de esos géneros, protagonista/abogado vs antagonista/asesino.

El asesino, por supuesto, tiene bastante características del género criminal; es alguien de carácter retorcido, con un pasado oscuro, y que no duda a la hora de emplear cualquier método de violencia.

No soy muy seguidora del thriller legal, pero éste me llamó mucho la atención por lo que se contaba  en la sinopsis.

No solo vamos a conocer desde el comienzo que hay un personaje falsamente acusado, ideal para este artículo, sino que también vamos a conocer al asesino. Este detalle no resta interés a la trama, porque lo que queremos saber es que impulsa a este último a actuar de la forma en que lo hace, y cuáles son sus objetivos.

Este es el primer libro de Steve Cavanagh que es publicado en España, eso sí, hay que hacer una aclaración: «13» forma parte de una serie protagonizada por el abogado Eddie Flynn y en realidad es el cuarto de la saga. Este detalle es lo que menos me ha gustado, porque nos perdemos conocer la evolución del personaje principal, ya que el arco dramático, en una sola novela, está más limitado, aunque es cierto que este detalle no entorpece la lectura.

Robert Solomon, es un joven actor que se enfrenta a una terrible pesadilla. Cuando vuelve a casa se encuentra una escena escalofriante: su mujer y el jefe de seguridad yacen muertos en la cama.

A simple vista, esa escena ya parece lo bastante comprometedora, pero cuando la policía llega encuentra que Solomon está cubierto de sangre y es inculpado.
La pregunta que nos ronda la cabeza es: si Robert no mató a esas personas, ¿quién lo hizo?

Parece que todos los indicios apuntan al joven, e incluso el autor, Steve Cavanagh, incrementa el suspense centrándose en mostrarnos determinados detalles y posibles motivos del joven.

Los lectores en esta historia vamos un paso por delante y sabemos, por la sinopsis que facilita la editorial y por la portada, que el asesino, esta vez no está en el banquillo de los acusados, está entre el jurado.

Ese gancho marca con intensidad no solo el ritmo, sino también el argumento y la forma de guiarnos por él; ese es precisamente el rasgo más original de la historia, conocer desde el comienzo al culpable.

Solo nos falta conocer los motivos y si Bobby y sus abogados conseguirán demostrar la verdad en una carrera contra el tiempo que parece ir en su contra.

Hay grandes personajes que destacan en esta novela:

Eddie el protagonista de la serie, por su ingenio rebosante, y el asesino por su astucia.
Ambos nos introducen en una lucha intelectual, a la altura de Sherlock Holmes y su antagonista Moriarty.

Pero en este apartado, no puedo olvidarme de mencionar, aunque muy de pasada, a los secundarios, porque en esta aventura los vamos a encontrar de una diversidad maestra, detalle que se agradece, porque demuestra que el autor es minucioso hasta en los detalles más pequeños.

La historia avanza de forma lineal y los datos que nos aportan llegan de forma secuencial pero desde dos hilos argumentales.

Uno de ellos, el de Eddie Flynn, nos llega en primera persona, y el otro, el del asesino, lo hace en tercera.

Ambas líneas argumentales se van a ir alternando al tiempo que se incrementa el suspense.

Esa alternancia de narrador hace que los lectores vayamos por delante de los personajes, que conozcamos algunos de los detalles antes que ellos.

La trama transcurre a lo largo de cinco días, de lunes a viernes; cinco intensos y extensos capítulos de los que no vamos a poder despegarnos.

«13» es, sin duda, una historia que os recomiendo, con una trama inteligente, cargada de giros argumentales que desembocan en un final sorprendente.

Autodidacta, amante de la literatura y defensora del libro clásico.
Colaboradora ocasional con editoriales, talleres literarios y clubs de lectura.
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